Esas noches
En esas frias noches en que la calma gobierna, en que las palabras se vuelven susurros y los pensamientos suspiros...
En esas noches oscuras en que yo he dejado de ser la misma y en
las que miro tu callada sonrisa dentro de mis hondos pensamientos...
En esas solitarias noches de desvelo, cuando el vino rebasa la copa y mis dedos bailan al borde de ella...
Es en esas noches es cuando vienen a mí tus palabras covertidas en
poesía. Tu risa se convierte en el trino de las aves más encantadoras y
te siento ródeandome para darme calor.
Casi siento y escucho el palpitar de tu corazón y tu sola imágen desvanece la oscuridad.
Casi, sólo casi puedo tenerte a mi lado, mi dulce príncipe encantado y apenas puedo respirar por tu ausencia.
¿Cuánto debo esperar? Ha sido poco, pero ya percibo eternidades.
Lentamente, hago lamentaciones transformadas en súplicas, sólo con
la intención de ver tu rostro en mi espejo reflejado, sólo con la
esperanza de robar el néctar de tus labios.
En esas noches cuando tú no estás, es cuando veo tu sombra
proyectada tenuemente en la pared frente a mí, mientras la danzante
llama de la vela se extingue poco a poco.
Y no sé aún por qué te espero o por qué siguen rodando las gotas sobre mis mejillas.
Y todavía no entiendo por qué sólo en esas noches, cuando la luz de
la luna ya no brilla es cuando tu recuerdo llega a a mis pensamientos.
Ahora mismo me pregunto, si en noches como esta tú también te
acuerdas de mí, mientras vacías de a poco la copa en tu mano y cantas
aquellas melodías que en esas noches de vigilia solíamos tararear tú y
yo.
Sé que es imposible, pero quisiera saber si escuchas mis ruegos, ya que a veces pienso poder escuchar los tuyos.
27/10/2007
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