Inspiración

"Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino."

-Sigmund Freud

La inspiración no es algo que siempre llega cuando quieres. En realidad, muchas veces puedes tener la hoja en blanco y no tener ni la menor idea de qué quieres expresar, o bien, por el contrario, vas caminando por la calle y no tienes ni un miserable lápiz para escribir aquello tan inteligente que acabas de idear.

Así es la inspiración. Más que una palabra, es un conjunto de muchas cosas. Un concepto que tiene que ver con la imaginación, los ánimos, el estrés, incluso con la vida diaria.

Al tener una gran idea, todos se preguntarán de dónde la has sacado, de dónde sale tanta imaginación y, certeramente, no es algo sencillo de explicar. Es algo que fluye naturalmente, en cualquier momento, en cualquier lugar. Una picazón en las ideas que te obliga a expresarte como sea, antes de que se pierda ese momento mágico.

Es esa luz que se enciende aleatoriamente cuando uno anda ocupado o cuando no haces otra cosa que estar echado en el sofá sin nada más qué hacer.

Es ir y venir constantemente de uno y otro sitio, encontrando pistas sobre nuestra propia identidad y nuestras muchas formas de ver el mundo.

Inspiración. No es una definición del diccionario o una palabra que haya elegido al azar.

Implica tanto que mucha gente no consigue dar con una buena idea en toda su vida, y hay otras personas que tenían tantas ideas que su vida fue demasiado corta para ponerlas todas en práctica.

No es un mecanismo que puedas encender y apagar, no obstante, es algo que puedes mejorar y afinar poco a poco.

Leyendo, educándote, mirando más allá de lo evidente... El artista se inspira en cualquier cosa para crear.

Porque la inspiración implica crear, mejorar, solucionar, inventar...

Desde un niño pequeño que dibuja a su familia con crayones, hasta el matemático más abstracto. Todo es arte, todo es vida, todo es inspiración.